Bienvenidos al Blog de las salas cajón desastre y aventura de vivir de Ozú. Desde hace tiempo nos rondaba por la mente la idea de tener un sitio de encuentro, una referencia más allá de nuestras salitas, un lugar sobre todo para compartir esos "pequeños momentos" de los que se compone cada día.

En este “cajón desastre” todo tiene cabida: fotografía, música, literatura, cine... pretendemos sobre todo aprender los unos de otros y entre todos crear algo diferente que nos sirva de complemento y entretenimiento.

Por eso os invitamos a que participéis con comentarios y sugerencias. Gracias de antemano a todos y ¡Bienvenidos!

jueves, 23 de septiembre de 2010

DON JUAN Y LA SEÑORA DE LA LIMPIEZA ( Bombón

El año pasado me invitaron a la Feria del Libro de Valencia, aunque podía haber sido cualquier otra ciudad, el volver a esta tierra me imbuía de un especial regocijo. Presentaba mi cuarta novela “Memorias de un Dandi trasnochado”, en ella narrabatodo lo que mis años de experiencia me habían enseñado sobre las mujeres, además de contener algunas variopintas técnicas de seducción. Bueno, más bien, digamos que tuve que rellenarlo con las técnicas, pues si lo hubiera basadosolamente en lo que había aprendido de la psicología femenina, resultaría un libro lleno de páginas en blanco.

El tercer día de la Feria me desperté de bastante mal humor pues el día anterior había sido nefasto. No pueden imaginar lo cansado que es escribir dedicatorias a gente desconocida, y tratar demás de ser original, considerando además que mi público estaba compuesto sobre todo por mujeres “liberadas”, con la sonrisa a medio lado que se jactaban de comprar mis libros para regalarlos a sus amigas en despedidas de soltera. Para colmo, ese día una señora muy estirada había mirado con absoluto desdén mis zapatos, que aparecían ligeramente polvorientos ya que con mis prisas, había olvidado limpiarlos… Pues en eso estaba yo, allí en la cama de aquel hotel, perdido en mis pensamientos, tumbado panza arriba, completamente desnudo, y con la erección matutina de rigor… cuando de pronto un “toc, toc” se escuchó en la puerta..¿No les ha sucedido nunca que el cerebro va por un lado y el cuerpo por otra…? Pues eso me pasó.

– Adelante – dije, sin saber por qué, y sin pensar en lo incómodo de mi situación.

Acto seguido apareció en el cuarto una señora. Por lo que pude vislumbrar de mediana edad, vestida con una bata azul,sudorosa y con el pelo alborotado que algo azorada no paraba de excusarse:

-Perdón, perdón.. pero usted me dijo que pasara... ¿vuelvo más tarde?

-No- dije tapándome como pude con la sábana... – adelante, puede seguir-

Me metí en el baño con un sentimiento contradictorio entre vergüenza e hilaridad... Allí estuve escondido hasta que la escuché cerrar la puerta y salí de mi refugio. La cama estaba hecha y sobre la mesilla de noche había dejado unos bombones cuidadosamente colocados. No sé por qué, me los comí con ansiedad. Eran los bombones más exquisitos que había probado nunca. Un impulso absurdo me orientó a dejarle una nota en recepción.

La nota decía lo siguiente:

“Para la señora de mantenimiento de habitaciones” (Podía haber escrito “Para la técnica superior en mantenimiento de servicios de hostelería” pero no sabía si tendría reconocida su categoría). Estimada señora, ruego me disculpe por el incidente de esta mañana. No volverá a pasar... gracias por sus bombones, los disfruté mucho. Le dejaré de regalo mi última novela dedicada. Atentamente: Cliente de la habitación 69”

Al otro día fui bastante más precavido y me levanté temprano, aunque no lo suficiente, porque cuando estaba en la ducha escuché como alguien entraba en la habitación. El corazón empezó a latirme con fuerza, espié a través de la rendija de la puerta entreabierta y allí estaba ella, la señora de los bombones. La escudriñé como un voyeur mientras hacía la cama.... su culo insinuante se marcaba voluptuosamente en el bata; a diferencia del día anterior, llevaba el pelo bien colocado y la bata desabotonada que dejaba ver el insinuante canalillo de sus turgentes senos. La insignificante mujer de ayer me parecía hoy toda una diosa.


Dejé pasar unos minutos por si se marchaba pero como no se iba, decidí salir. Me coloqué una toalla, tapando mis partes nobles (Siempre me he preguntado de dónde vendrá lo de “partes nobles”…en fin). Allí estaba yo, cual Pujol ante la Reina doña Sofía en los mundiales, con mi toalla anudada a la cintura y sin haber marcado un gol hacía mucho tiempo.

-Buenos días, gracias por la nota y por el libro- dijo acercándose hacía mí, tendiéndome la mano en ademán de saludo.- No tendría que haberse molestado-.

-Buenos días - acerté a decir, y con una ligera reverencia, le besé la mano.
Lo que pasó entonces fue imprevisible e inenarrable. De repente se abalanzó sobre mí, trastabillé y caímos sobre la cama. Mi toalla había caído al suelo, si bien no atino a recordar si fue antes o después de los buenos días, probablemente fue la erección que ya tenía al salir del baño la que la hizo caer. Se lanzó sobre mí, besándome, devorándome, todo fue tan deprisaque apenas acerté a desabrocharle los botones de la batita para dejar al aire sus suntuosos pechos. Parecía una fiera. Rápidamente se abrió de piernas, se puso a horcajadas sobre mí y en un instante me estaba cabalgando cual amazona henchida de deseo. Mientras, mis dedos buscaron su sexo e hicieron preso su clítoris, hasta que en cuestión de segundos cayó desplomada sobre mí… Acto seguido me descabalgó y su boca buscó mi sexo hasta hacerme enloquecer, cada vez que me acercaba al orgasmo, ella paraba y vuelta a empezar una y otra vez… Por un instante pensé que perdería el conocimiento y ella frenaba y se detenía. Hasta que le supliqué, le imploré, le exhorté que siguiera. Fue sin duda, uno de los mejores orgasmos que había tenido nunca.

Una vez se quedó satisfecha, como un vampiro recién alimentado limpió su boca, se levantó y se recolocó la bata. Yo laobservaba jadeante aún… se me acercó, me dio un beso, sacó del bolsillo un puñado de bombones que dejó sobre la mesilla y salió del cuarto, sonriendo sin antes preguntarme:

-¿Cuántos días más se quedará por aquí?

- Una semana- articulé a decir, con voz entrecortada.

- Pues hasta mañana-

Sin más, esbozando una sonrisa, salió por la puerta.

Ese mismo día llamé a los organizadores de la Feria. Me excusé diciendo que estaba enfermo, que no podría seguir asistiendo pues me había dado una fuerte gastroenteritis y tenía que regresar a casa.
Cogí el primer tren. Mi mujer me esperada entre alarmada y disgustada por mi intempestivo regreso.

-¿Tan grave ha sido?- inquirió

-No lo puedes ni imaginar… ha sido horrible - le dije lastimoso, sin levantar la mirada.

Luego me fui al despacho, cerré la puerta con llave, saqué los bombones y me los comí todos. Chupé incluso el resto dechocolate impreso en los papeles. Sin duda, me supieron a gloria.

- Fin-

( Bombón)

2 comentarios:

  1. Elbrus dijo...

    Historia creible y bien descrita. Has sabido elegir las palabras adecuadas, evitando caer en la ordinariez. Has conseguido meterte en la piel del personaje. Para mi es un 10. Animo y sigue participando!

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  2. Avena dijo...
    Me ha gustado, será que yo también chupo los restos de chocolate pegado en los papeles..¡Gracias por participar! y ya sabes, busca las sombras, no te derrita el sol..;)

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