Bienvenidos al Blog de las salas cajón desastre y aventura de vivir de Ozú. Desde hace tiempo nos rondaba por la mente la idea de tener un sitio de encuentro, una referencia más allá de nuestras salitas, un lugar sobre todo para compartir esos "pequeños momentos" de los que se compone cada día.

En este “cajón desastre” todo tiene cabida: fotografía, música, literatura, cine... pretendemos sobre todo aprender los unos de otros y entre todos crear algo diferente que nos sirva de complemento y entretenimiento.

Por eso os invitamos a que participéis con comentarios y sugerencias. Gracias de antemano a todos y ¡Bienvenidos!

viernes, 20 de mayo de 2011

Summer wine-The Corrs y Bono


Canción interpretada por The Corrs y Bono.
Escrita en 1.966 por Lee Hazlewood, que se hizo popular al año sigueinte por la versión de Nancy Sinatra con el autor.
Describe a un hombre, con espuelas de plata, que se encuentra con una mujer, la invita a vino (Summer wine) y, tras quedar embriagado, despierta resacoso y descubre que la misteriosa mujer le ha robado su dinero y sus espuelas

miércoles, 18 de mayo de 2011

Un mundo sin colores

Hace cosa de unos días, me levanté con una extraña sensación. Nada más abrir los ojos me di cuenta de que no podía distinguir los colores. Me los restregué con fuerza y salí de la penumbra de mi habitación… Nada, efectivamente, sólo podía ver en blanco y negro. Tuve un ataque de pánico, pero enseguida me tranquilicé a mí misma pensando que aquello sólo podía tratarse de algo momentáneo, igual sólo era  una pesadilla. Así que me duché, y desayuné esperando el milagro. Nunca me había resultado tan feo y oscuro el mobiliario de la cocina. Pasaron unos minutos y al ir a cepillarme los dientes fui consciente de la gravedad del asunto… ¡No podía diferenciar el color de  mi cepillo!
Me serené un poco, me vestí (por primera vez no tuve problemas para combinar la ropa) y salí a la calle. Tenía que buscar una solución a lo que me pasaba. Todo a mi alrededor resultaba monótono y aburrido. Las personas me parecían iguales, las mismas caras  grises, sin nada que llamara la atención en sus atuendos; las  casas, los coches, hasta el BMW de mi vecina del quinto había perdido su brillo y aparecía de un gris opaco. En plena campaña electoral las banderas eran negras y blancas. Y en los carteles sólo destacaban las  sonrisas forzadas de los candidatos, eso sí, de un blanco más intenso (volví a pensar en mis dientes y si habría utilizado el cepillo correcto).
Decidí ir al servicio de Urgencias del Hospital. Me volvió la angustia al ver todas aquellas batas blancas... El oculista que me atendió descartó un problema físico y me aconsejó sutilmente que si quería podía atenderme el psiquiatra de guardia. Accedí, ¡Qué remedio! Otra cara negra, con bata blanca. Después de hacerme varias preguntas concluyó, mirándome fijamente por encima de las gafas de lectura, que tenía un “Ataque agudo de pesimismo”  y que si dejaba de mezclar Diazepan y Coca-Cola remitiría.
No sé... han pasado varios días y sigo igual... no paro de darle vueltas a esto que me pasa... ¿Qué sucederá si esto no se me quita?¿Cómo distinguiré ahora los chistes verdes de los que no los son? ¿Y la prensa rosa? No podré diferenciarla de los periódicos serios. ¿Cómo me daré cuenta si alguien se pone colorado cuando le hablo?... ¿Y si mi jefe me dice que tengo que volver a comerme el marrón? Las páginas amarillas tampoco serán lo mismo, y lo peor de todo, no distinguiré a  los príncipes azules. ¡Dios! estoy perdida.
                                                                                                                                                       (Avena)