Bienvenidos al Blog de las salas cajón desastre y aventura de vivir de Ozú. Desde hace tiempo nos rondaba por la mente la idea de tener un sitio de encuentro, una referencia más allá de nuestras salitas, un lugar sobre todo para compartir esos "pequeños momentos" de los que se compone cada día.

En este “cajón desastre” todo tiene cabida: fotografía, música, literatura, cine... pretendemos sobre todo aprender los unos de otros y entre todos crear algo diferente que nos sirva de complemento y entretenimiento.

Por eso os invitamos a que participéis con comentarios y sugerencias. Gracias de antemano a todos y ¡Bienvenidos!

jueves, 23 de septiembre de 2010

EL RETRATO DE MADDY ( Stephen King )

La comida pareció acallar durante un rato la exasperante voz de Maddy. Degustaron en una plácida cena las truchas acompañadas de los corazones de alcachofa y la deliciosa salsa. A Sandra le pareció una comida exquisita. El paladar de Henry, sin embargo, no disfrutó demasiado de la áspera y dulzona tarta de chocolate con caramelo. Cuando el bolo de comida se hundía en la garganta, le quedaba en la boca un extraño retrogusto amargo, señal de que el chocolate no había sido elaborado correctamente. Pero no dudó en catalogarla de auténtica maravilla. Ella se reía a carcajadas quitándose el con estupor el dudoso mérito.

Eran ya casi las doce cuando empezó la película. Ella parecía aburrirse un poco con los ingeniosos diálogos de los científicos. Los ojos de Henry se iban de vez en cuando de la pantalla a ella y pocas veces disfrutaban de su milagrosa sonrisa.

Y el cuadro. El maldito cuadro el cual debió tapar hace mucho tiempo lo atraía del mismo modo que la banda magnética terrestre la aguja de las brújulas. Su inmensa cabeza sin quitarle ojo de encima, sus ojos picarones escudriñando su comportamiento con Sandra. No podía acercarse a ella así. No podía hacer eso con Maddy delante.

Vamos, no seas tímido y acércate a ella. Se está aburriendo. No me decepciones, Henry.

Tú y yo tenemos una cita esta noche.

La maldita cinta sonaba y sonaba y Henry empezaba a alterarse otra vez. Se puso la mano en la frente. Desprendía un intenso calor. Miró a Sandra y su ánimo pareció apaciguarse un poco. Le tocó la nariz con la punta de los dedos. Ella demostró su gusto por aquellas caricias y orientó su cuerpo hacia Henry. Le fue comiendo terreno poco a poco en el sofá, clavándole su mirada fulgurante. Pegaron sus rostros y Sandra descendió la mirada, como regocijada por aquella absoluta entrega amorosa. Se besaron hasta poco antes del final de la película. Las manos de Henry exploraron su anatomía encima del ajustadísimo vestido, atreviéndose en un par de ocasiones a invadir la intimidad de su entrepierna, robándole gemidos.

Sus miembros sexuales ardían. Henry la aferró con poderosos brazos y la hizo ponerse en pie. La condujo entre besos y lametones hasta el pequeño que había debajo del cuadro de Maddy. Elevándola por su estrecha cintura, la sentó encima de la mesa y le desabrochó el vestido. Allí detrás estaba la cara de Maddy sonriendo como con deseo. La cabeza de Sandra golpeó el cuadro al echarse hacia atrás mientras abría las piernas para recibir a Henry, ya totalmente desnuda. Éste terminó de bajarse los pantalones y los calzoncillos y le hizo el amor salvajemente contra la pared, a ella y a su mujer. Sus tetas subían y bajaban igual que la fruta madura cuando una bandada de pájaros se posaba en la copa de un árbol.

Y durante ese tiempo las voces cesaron totalmente dentro de su cabeza.
¿Se puede hacer el amor con un fantasma? Henry despertó desconcertado varias veces en mitad de la noche con la misma sensación que deja un miembro tras ser cercenado. Se dormía y volvía a vivir otra pesadilla y a despertar otra vez con la misma sensación de pérdida, de estancia imperceptible. La bella rubia estaba sumida a su lado en un profundo sueño y no se dio cuenta de nada.

Tras despedir por la mañana a Sandra antes de que fuera a abrir la tienda de cosméticos, se puso cara a cara con el cuadro de su mujer, serio. Sacó una navaja del bolsillo. Le escupió a Maddy en plena cara.

No serás capaz, mamarracho.

Henry se llevó con el afilado acero de su navaja todo el papel del lienzo, transformando la imagen de su mujer en un montón de colores abstractos. Luego fue a la habitación y cogió el mini-retrato del cajón. La brillante mirada de Maddy se consumió en las llamas de su mechero, que derritieron el acetato en pocos segundos.

Bajó a la calle con un par de bolsas de basura y se deshizo de ellas en el contenedor más cercano. La mañana prometía y decidió hacer una visita a Sandra como el inicio de una nueva vida.

( Stephen King )

2 comentarios:

  1. Avena dijo...
    Felicidades!Muy bien descritas las situaciones y el desarrollo de la historia.Es de esos relatos que te dejan a medias, con ganas de seguir leyendo... Perfectmente podría ser un capítulo de una novela. ¡Animo y gracias por participar!

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  2. Elbrus dice..

    Genial, como en todos los anteriores en los que has participado. Uso exquisito del lenguaje. Y como dice Avena, sigue con la historia, es el comienzo de un interesante capitulo de una buena novela. Animo y gracias por participar.

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