Amor, no existes:
¡márchate ya!
Maldita la lengua
que lame los recovecos de mi corazón,
con su desinhibida fricción.
Me hiciste salir,
humillado, vencido por mi propio peso,
y sentido:
poniendo en evidencia
que una brisa matinal fuiste,
un encanto descarnado
que me empujó y,
como una vela,
mustio he quedado,
maltratado; mis pensamientos derramados
ante lo que nunca debió ocurrir.
No me oprimas,
ilusoria princesa del cariño:¡márchate ya!
collage. 1999
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