Bienvenidos al Blog de las salas cajón desastre y aventura de vivir de Ozú. Desde hace tiempo nos rondaba por la mente la idea de tener un sitio de encuentro, una referencia más allá de nuestras salitas, un lugar sobre todo para compartir esos "pequeños momentos" de los que se compone cada día.

En este “cajón desastre” todo tiene cabida: fotografía, música, literatura, cine... pretendemos sobre todo aprender los unos de otros y entre todos crear algo diferente que nos sirva de complemento y entretenimiento.

Por eso os invitamos a que participéis con comentarios y sugerencias. Gracias de antemano a todos y ¡Bienvenidos!

lunes, 14 de marzo de 2011

DE LA IMAGEN A LA APARIENCIA

El único motivo real en el minucioso cultivo de la propia imagen pública es nuestra sociabilizadora pretensión de participar en el juego de las apariencias.Solo con la deconstrucción de este elaborado artificio de calculados rasgos tenemos acceso a observar el lado oculto de las personas. El individuo, mientras actúa como ente social, mientras convive en sociedad, se enmascara en el personaje que dibuja en el perímetro de su mismidad, de su mismo ser social. El individuo actúa, se muestra, interpreta con precisión su papel y en esa interpretación es difícil precisar su identidad personal verdadera.


Se da mucho esto con los uniformados funcionarios de cualquier administración o cuerpo que rigen su conducta por una reglada  normativa; o en los miembros de la casta eclesial que tras una máscara de puritanismo ocultan su comprensible por natural pero, para ellos, inconfesable deseo sexual; o en los políticos de carrera que fingen tanto una simpática personalidad como una vocación de servicio a la sociedad; o, por último, en los ostentadores de una elegancia en el vestir pero cuya psicología describe una colección de rasgos personales muy poco elegantes.



Se ha considerado la imagen como una necesidad puesto que cumple una función práctica comunicativa: hace como que se posee la personalidad que se desea mostrar a través de la ficción que se muestra públicamente. La imagen personal, interpretada de este modo, es una herramienta que llega a ser patología cuando por su dependencia esclaviza al sujeto y llega a ser estupidez cuando por su estridencia o esnobismo muestra a las claras la narcisista o aborregada condición del individuo. Esto último es el caso del mostrarse en sociedad de las tribus urbanas juveniles siempre pendientes del ser mirados. Pero, más allá de esto, la imagen se manifiesta imperiosa, general, contextualizada mucho más en el superficial presente de lo que lo estuvo en el pretérito. Todo ello, además, entre un amoral vacío de valores reales que por efecto de su preponderancia destila un cinismo de campeonato.


( Shakespeare )

1 comentario:

  1. Siempre es un placer leerte . Gracias por lo bien que escribes

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