Bienvenidos al Blog de las salas cajón desastre y aventura de vivir de Ozú. Desde hace tiempo nos rondaba por la mente la idea de tener un sitio de encuentro, una referencia más allá de nuestras salitas, un lugar sobre todo para compartir esos "pequeños momentos" de los que se compone cada día.

En este “cajón desastre” todo tiene cabida: fotografía, música, literatura, cine... pretendemos sobre todo aprender los unos de otros y entre todos crear algo diferente que nos sirva de complemento y entretenimiento.

Por eso os invitamos a que participéis con comentarios y sugerencias. Gracias de antemano a todos y ¡Bienvenidos!

sábado, 12 de febrero de 2011

Pequeño sueño



Sueño de 
Alejandra Pizzarnik.

Estallará la isla del recuerdo.
La vida será sólo un acto de candor.
Prisión
para los días sin retorno.
Mañana
los monstruos del buque destruirán la playa
sobre el viento del misterio.
Mañana
la carta desconocida encontrará las manos del alma.

Hoy mi pequeño sueño. . . . 

Me había perdido en un camino que no le encontraba el final. Me descalcé porque me pareció que así me lo pedían voces extrañas que no reconocí. Los arroyos que cruzaba, eran limpios, y muy transparentes. Parecían de cristal. 

No encontraba a nadie a pesar de mi obsesión por preguntar donde me hallaba. Solo los viejos sapos parteros, reconocibles hasta para un ciego por su fuerte olor a ajos, agrandaban y alegraban mis ojos al verlos subir por algún montón de piedras, haciendo un enorme esfuerzo de mantener a sus crías a salvo. Eran las larvas alrededor de sus patas traseras, lo que les impedían ocultarse con prontitud de las miradas extrañas.

Preso entre las ramas del sendero, iba y venía, tratando de salir a cualquier claro. Me fluía el aliento, y eso ya era indicio de saber que me mantenía vivo, mientras una niebla gris invadía con su presencia el camino. Solo me faltaba la relación entre las palabras y la naturaleza que me rodeaba para encontrar alguna explicación. 

Muy aturdido, tomé aliento. Fue en ese momento, cuando se amontonaron y me llegaron los recuerdos de vida. 

Eran tiempo de juego. Eran otros tiempos que me recordaron de que ya no soy joven. 

Hoy la juventud ya no me acaricia la piel, pero la siento dentro, muy dentro de mí, juguetona y ardiente; dispuesta a reír conmigo otra vez. Son noches en las que estoy ocupado con la luna, hambriento de equilibrios y con la alegría en mi cara robada de todas las esencias del camino. 

Son noches en donde la dulzura de la soledad vuela por mis sueños como en este que estoy contando.

Son pequeños sueños para despertar gritando por la vida.

Como hoy. . .

Como ahora. . .

(Dorthe)






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