Tu voz

Silvestre
sirena,
risueña
charlatana,
charlatana hospitalaria,
siempre
viva y transparente,
se dijera
que en el aire habitas,
que como su cuerpo
mil bocas tienes,
que
en tu voz
todas las voces se expresan
y aman.
Cuando oigo tu voz
despiertan las luces
de mi rostro, renace
mi felicidad
con tus palabras
y una aurora enciende
la noche desnuda.

Está tu voz incendiada de primavera
en la copa de mi corazón.
Tu voz de timbre torrencial,
tu armoniosa voz enmelada.

Si quiero tu voz
es porque se derramó
sobre mi temor
y mi lamento
consolándolos.
Dame tu voz,
la cascada,
la hojarasca que sacudes,
el viento que galopando
habita tu pecho,
la mañana que alzas
desde tu garganta.

Mis días son tristes
y camino entre sangres derrumbadas
pero al recordar tu voz
la descubro acariciando
mi memoria,
acariciándome y eriguiendo
en mí su cálida
hegemonía de afecto.
¿Cómo la conocía ya
antes de haberla escuchado?
¿En qué ámbitos,
en qué músicas
propagó sus notas
aladas?

Acompañando al sol
tu voz interpreta
su sonata de relámpagos
y bajo las estrellas, charlatana,
amapola,
quiero abrazar tu voz
como la música que deseaba,
la música leve, el adagio
de mi amor ansiado.

( Shakespeare )