Había olvidado a la amistad
y vivía entre el hielo feroz
de los sepulcros
y entonces
la amistad me llamó
como estrella pura,
hermosa aurora,
cuando
el mundo me era más hostil,
hasta que ella,
suave como un pétalo,
con corazón generoso,
con ojos de afecto,
palabra a palabra,
vino a mí
viviendo entre mis versos
y me protegió
entre sus brazos.
Yo no creía en la amistad
y ahora sí creo.
Ahora sé
que mi corazón
galopa
en una sola brisa
de oro.
Amistad,
amable muchacha,
pase años caminando sin ti
pero ahora,
carcajada a carcajada,
se alza tu rostro,
espigas de complicidad te alimentan
y en el enigma de la vida
crece
tu volumen de ternura,
eres el néctar
que apaga
la sed herrumbrosa de la soledad,
la llama
contra la sombra de la indiferencia
y donde surge
tu fruto puro,
se recogen las lanzas
de los que desconfían
y surge
y se levanta un altar de sonrisas
entre los desconocidos.
( Shakespeare )
Elbrus dijo...
ResponderEliminarPrecioso poema dedicado a la amistad. Yo tambien comparto esas palabras y me enorgullezco de ser amiga de Exis. Un beso a los dos.